viernes, 25 de enero de 2013
SORPRESA EN EL MUSEO
El catedrático de Historia del Arte de la Autónoma de Madrid, Isidro Bango, una auténtica eminencia que tuve el placer de escuchar en clase, cuando se podía fumar en la universidad, nos mandó realizar un trabajo sobre una de las piezas del Museo Arqueológico Nacional. Por ese motivo tuve que ir varias veces allí. En aquella época, finales de los años ochenta, ese museo era increíble. Estaba todo amontonado, las cartelas de cualquier manera, escritas a máquina, vasijas griegas colocadas casi como tengo yo las copas y los platos en mi casa. Un desastre.
En cierta ocasión me tropecé con un telar antiguo; quizá tuviera más de tres o cuatro siglos, y me fijé en una inscripción: "fulanito ama a menganita" (no recuerdo los nombres y tampoco había teléfonos móviles que sacaran fotos), entre los dos nombres, un corazón. Si la inscripción hubiera sido grababa hace cuatro siglos, tendría mucha gracia, pero no. El idiota que la hizo se tomó su tiempo porque en esa época no había apenas vigilantes. Podría haberse llevado un vaso egipcio por la puerta y nadie se hubiera dado cuenta.
Pues bien, ese Museo ya no es lo que era. Después de la impresionante reforma que ha sufrido en los últimos años, creo que se va a convertir en uno de los más visitados de España. Hace unos meses estuve allí, presenciando las obras. De ahí salió este reportaje.
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